lunes, 28 de septiembre de 2015

"CONTEMPLAR Y DAR A LOS DEMÁS LO CONTEMPLADO"


Este lema responde a la afirmación de Santo Tomás de Aquino sobre la vida religiosa llamada "mixta", ya que su misma raíz o modo de ser consiste a la vez en la contemplación y en la actividad apostólica.
No debe suprimirse en este lema la expresión "contemplar", ya que esta primera parte no puede separarse internamente de lo que sigue: "y dar a los demás lo contemplado". Santo Tomás afirma: "Del mismo modo que es mejor iluminar que solamente brillar, asimismo es cosa más grande dar a los demás las cosas contempladas que solamente contemplarlas" (ST,II-II, q.188, a.6,c.).
¿Qué es contemplar y como llegar a este estado?
Según la Real Academia española, contemplar es complacer a alguien, ser condescendiente con él, por afecto, por respeto, por interés o por lisonja, y en el ámbito religioso; Dicho del alma: Ocuparse con intensidad en pensar en Dios y considerar sus atributos divinos o los misterios de la religión. Contemplar es «mirar», tener los ojos abiertos. Ver como Dios ve y nos ve a cada uno de nosotros y a nuestro mundo. Contemplar es «escuchar». Tener los oídos atentos para recibir y acoger su Palabra y tomar conciencia de las necesidades que nos manifiestan nuestros hermanos.
Se trata pues, de poner nuestro corazón y nuestra mente en manos de Dios, pensar solo en él y permanecer solo en él, estar atentos a lo que nos quiere decir, a lo que nos pide que hagamos dejar que su gracia llegue hasta nosotros. La Virgen María es un modelo extraordinario de vida contemplativa. María es imprescindible en la vida cristiana. Ejerce un papel pedagógico indispensable en la vida del que quiere aprender a orar. Si orar es amar, entonces hemos de comprender cómo nadie amó tanto como María a su divino hijo Jesús. Nadie en el mundo estuvo tan estrechamente unido a él como su madre.
Para la mayor parte de las personas, el primer paso para llegar a este estado de simple mirada dirigida amorosamente al Señor consiste en vaciar o purificar la mente de cualquier pensar, reflexionar, imaginar activamente. Crear el vacío de la mente. Consiste en un esfuerzo por no hacer nada, por no pensar en nada, por no imaginarse nada... Observar solamente con fe y con amor ese vacío en donde se encuentra el Señor de modo misterioso y escondido. Se aprende a vivir ese estado pasivo mediante el ejercicio. Se trata de ver al Señor no con el sentido de la vista, sino con los ojos del "corazón". Los ojos del "corazón" pueden ver a Dios únicamente si están ya cerrados para todo lo demás. Cualquier apego o preocupación por otra cosa que no sea el Señor hace perderlo irremisiblemente de vista. Por eso precisamente es por lo que Jesús declaró bienaventurados a los limpios de corazón: sólo éstos pueden ver a Dios.
“Se debe aprender a callar para saber hablar a tiempo. El silencio que medita no es egoísmo intelectual. El silencio ha de ser preparación fecunda para hablar. El que calla y medita para aprender a hablar y para saber hablar a tiempo, tiene siempre el pensamiento despierto, activo, abierto a la creatividad. En resumen, la mente silenciosa está siempre abierta al diálogo interior y exterior. Silenciar una idea, recuerdo o imaginación, no es negarlos ni condenarlos, sino tomar conciencia de ellos, reconocerlos, aceptar su realidad y luego darles su lugar.” www.la-oracion.com
Unos frutos personales importantes de la contemplación son los sentimientos de paz, de tranquilidad interior, de disponibilidad, de gozo de poder amar, de felicidad... Para el que contempla, estos sentimientos son como un paladar definitivamente adquirido. Despiertan la tendencia a buscarlos siempre, de experimentarlos de nuevo continuamente.
El que ha descubierto la verdadera contemplación no se cansa jamás de contemplar y esto es lo que lo lleva a “dar a los demás lo contemplado”; a transmitir eso que Dios nos ha transmitido, llevarlo a la práctica. Dios se nos ha hecho presente para hacerlo presente en la vida de otros llevando un mensaje de paz de amor, puede que resulte difícil en primer instancia, sin embargo Dios te ha escogido y no debes de  temer, Él te ha elegido porque te conoce, sabe que lo harás bien. Confía en Dios. Si no sabes que es lo que Dios quiere para ti, ¡pregúntaselo! Él tiene la respuesta correcta.
Hacer realidad aquello que queremos vivir cada día: el AMOR, eso es lo que Dios nos pide, transmitir el amor, ya que Él mismo es el amor y es eso lo que nos transmite para que lo transmitamos, claro está en el mandamiento que nos ha dejado “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y a tu prójimo como a ti mismo” Lc, 10, 27

Contemplar y dar a los demás lo contemplado es la mejor manera de ponernos al servicio de Dios y trabajar junto con Él para la construcción de su reino y la salvación de las almas.


Por José Luis Juárez Hernández

sábado, 19 de septiembre de 2015

Una oración para caminar en la vida


El Rosario y sus frutos



Como niños los seres humanos tienen  la visión más pura y la más cercana a la percepción de alguien cercano a Dios: el mundo como un gran misterio. El mundo es un gran misterio que no deja de sorprender a los que están abiertos de espíritu y los que pueden llegar ver a Dios en cada suceso u hecho que puede presentarnos.

Conforme  vamos creciendo el mundo va dejándonos de sorprender y aún con todas las vivencias posibles que podemos llegar a vivir, los seres humanos  tendemos hacer de la vida un montón de momentos monótonos sin sentido y vacios. ¡Podemos verlo en las calles! La indiferencia por los sufrimientos de mis prójimos, la indiferencia por la belleza de un recién nacido, etc. Las personas no se dejan ya interpelar por el misterio de lo que es la vida.

Para evitar que nuestra vida se vuelva un montón de momentos sin sentido necesitamos de la oración. La realidad solo  es percibida por alguien que hace  oración. ¡Para poder ver la realidad necesitamos orar!  La oración nos hace reales, porque nos conectamos con Dios, que es autor del mundo. Y no hay mejor oración para contemplar el misterio de la vida que el Santísimo Rosario.

Ahora bien: ¿Por qué el rosario es una oración que sobresale? Esto se debe a que a diferencia de una peregrinación, oración espontanea, entre otros actos piadosos que el ser humano llega a practicar, el santísimo Rosario fue entregado directamente por la Santísima Virgen María a Santo Domingo de Guzmán. El Rosario no es pues el resultado de actos humanos, sino que se le es dado directamente a Dios para la salvación humana.
En esta bella oración meditamos la vida del Dios hecho hombre, que toma nuestra condición humana, que la vive intensamente mostrándonos que vale la pena  nuestra vida siempre y cuando vivamos conforme la voluntad de Dios.

Jesús, como Dios y hombre verdadero,  fue un gran místico, porque todas las realidades humanas las asumió con amor. Esto lo puede vivir solo alguien que vive en oración. Esto nos hace meditar el Santísimo Rosario: Nos hace meditar al Dios hecho hombre que camina por la vida amando. El Rosario pues nos ayuda a caminar con Jesús en su vida, y nos hace ver que solo se puede vivir el misterio de la vida amando intensamente a mis prójimos. Es por eso que el Rosario es la oración por excelencia.


Por Raúl Jorge Alberto Rodriguez Ga rza

domingo, 13 de septiembre de 2015

2. DEVOCIÓN A LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA O LA DIVINA INFANTITA


2. DEVOCIÓN A LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA O LA DIVINA INFANTITA

El pasado 8 de septiembre, celebramos un acontecimiento por el cual la Iglesia se llena de gozo y da esperanza a los que pertenecemos a ella, se trata de la Natividad de la Santísima Virgen María, este hecho aunque no está expresamente mencionado en las Sagradas Escrituras, forma parte de la tradición de la Iglesia.
María nacida en el ceno de una familia amorosa, compuesta por Joaquín su padre y Ana su madre, en la cual la Santa Infanta encontró los valores y principios que le fueron gratos a los ojos de Dios por lo cual la eligió para que de ella naciera el que vendría a redimir al hombre de su pecado, de esta tierna niña ya convertida en mujer Dios haría de posar su Santo Espíritu para que se engendrara en su vientre su único hijo amadísimo y habitara entre nosotros siendo verdadero Dios y verdadero hombre.
Es natural que los niños imiten los actos de los mayores, pero la niña santa no ve los defectos del hombre y obra según su corazón y así vivía como perfectísima hija de Dios, entre hombres y mujeres que habían perdido la filiación divina. María nunca peco, nunca conoció la maldad, sino fue Dios quien por infusión le hace conocer la maldad de los actos del hombre.

Origen de la Devoción de la Divina Infantita

La Niña Virgen o Divina Infantita tiene sus orígenes de devoción en el convento de San José de Gracia en la capital de la ciudad de México en el siglo XIX. Se le atribuye su veneración a la monja Concepcionista Sor Magdalena de San José.
Un día 6 de enero de 1840, durante los festejos de los Santos Reyes, Sor Magdalena ante el pesebre del Niño Dios se pregunto: ¿Por qué a la Madre de Dios no se le celebraba su nacimiento como a su Hijo Jesús?
Y mientras reflexionaba acerca de cómo alabar a la Santísima Virgen Niña, Ella se le apareció recién nacida con un vestido de luces, sobre unas nubes, recostada y escuchó que decía:

"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".

Conmovida por tan inexplicable evento comenzó a comunicarlo a su comunidad, su corazón sintió la alegría de venerarla por lo que pidió permiso a la madre Guadalupe de San Lorenzo para que se realizará una advocación de la aparición que había presenciado y así cumplir con el deseo de devoción de la Santísima Virgen Niña. Sin embargo la superiora resistiéndose, y probando si la aparición no fue un delirio de Sor Magdalena, decidió hacer caso omiso del hecho, pensando si fuese autentica la intensión de la Santísima Virgen insistiría con su advocación.
Por lo que días después, mientras Sor Magdalena hacia sus labores de limpieza encontró una cabecita de un ángel que se había desprendido del sagrario. La tomo y la llevo a la madre superiora para le autorizara realizar la imagen de la Divina Infantita con la cabecita del ángel, después de la insistencia la abadesa le concedió el permiso, llamaron a un buen escultor, explicándole como era la aparición que ella había visto. La imagen quedo preciosa y radiante tal cual la había visto durante su visión.
La Madre Magdalena llena de entusiasmo y de júbilo la llevo a bendecir y a promover el culto Santísima Virgen Infantita, dando a conocer los deseos de alabanza que la Virgen Niña le había pidió a Sor Magdalena.
Para confirmar el beneplácito del Altísimo, necesaria era la contradicción y ésta vino por parte de la Autoridad Eclesiástica, la cual prohibió ésta nueva devoción. La religiosa, acudió a Roma, alcanzando de su Santidad, el Papa Gregorio XVI, no sólo que aprobara la devoción, sino que la enriqueciera con indulgencias. Se imprimieron novenas, oraciones, triduo, día ocho y otras devociones, como el Opúsculo para imponer la cadena y consagrarse esclavos de la Divina Infantita de María, el cual está indulgenciado por varios señores Obispos.
Por tanto es de gran conveniencia venerar el nacimiento de la Gran Madre de Dios y meditar en nuestro corazón la gran misericordia de Dios hacia nosotros poniendo a María como primer eslabón y puente de la salvación del género humano. María en su tierna infancia nos invita a ser inocentes y puros de corazón, a no ver la maldad de los actos humanos y a ser compasivos con los que nos rodean.
Trata de recordar cuándo fue la última vez que te hiciste como niño y sentiste la alegría y espontaneidad que es propia de los infantes y abrigaste el gozo de amar y sentirte amado por los que te rodean. Recuerda aquella vez en la que estando triste y cabizbajo experimentaste el cobijo de un ser amado y recuperaste la confianza y el ánimo.
Así pues trata de albergar siempre en tu corazón la alegría, ternura, inocencia y pureza de los niños a ejemplo de la Santa Infantita que en este día nos recuerda el amor filial de Dios y la promesa de darnos la salvación.                  





Fuentes:Misal Diario, Pan de la Palabra. Ed. Sociedad de San Pablo No. 141 Septiembre 2015 Pág. 44http://granreinita.jimdo.com/fundamentos-historicos-de-la-devoci%C3%B3n/http://divinainfantitatejupilco.jimdo.com/historia/

Por  Daniel Hernández Salinas