El Rosario y sus frutos
Como niños los seres humanos
tienen la visión más pura y la más
cercana a la percepción de alguien cercano a Dios: el mundo como un gran
misterio. El mundo es un gran misterio que no deja de sorprender a los que
están abiertos de espíritu y los que pueden llegar ver a Dios en cada suceso u
hecho que puede presentarnos.
Conforme vamos creciendo el mundo va dejándonos de
sorprender y aún con todas las vivencias posibles que podemos llegar a vivir, los
seres humanos tendemos hacer de la vida
un montón de momentos monótonos sin sentido y vacios. ¡Podemos verlo en las
calles! La indiferencia por los sufrimientos de mis prójimos, la indiferencia
por la belleza de un recién nacido, etc. Las personas no se dejan ya interpelar
por el misterio de lo que es la vida.
Para evitar que nuestra vida
se vuelva un montón de momentos sin sentido necesitamos de la oración. La
realidad solo es percibida por alguien
que hace oración. ¡Para poder ver la
realidad necesitamos orar! La oración
nos hace reales, porque nos conectamos con Dios, que es autor del mundo. Y no
hay mejor oración para contemplar el misterio de la vida que el Santísimo
Rosario.
Ahora bien: ¿Por qué el rosario
es una oración que sobresale? Esto se debe a que a diferencia de una
peregrinación, oración espontanea, entre otros actos piadosos que el ser humano
llega a practicar, el santísimo Rosario fue entregado directamente por la
Santísima Virgen María a Santo Domingo de Guzmán. El Rosario no es pues el
resultado de actos humanos, sino que se le es dado directamente a Dios para la
salvación humana.
En esta bella oración
meditamos la vida del Dios hecho hombre, que toma nuestra condición humana, que
la vive intensamente mostrándonos que vale la pena nuestra vida siempre y cuando vivamos conforme
la voluntad de Dios.
Jesús, como Dios y hombre
verdadero, fue un gran místico, porque
todas las realidades humanas las asumió con amor. Esto lo puede vivir solo
alguien que vive en oración. Esto nos hace meditar el Santísimo Rosario: Nos
hace meditar al Dios hecho hombre que camina por la vida amando. El Rosario
pues nos ayuda a caminar con Jesús en su vida, y nos hace ver que solo se puede
vivir el misterio de la vida amando intensamente a mis prójimos. Es por eso que
el Rosario es la oración por excelencia.
Por Raúl Jorge Alberto Rodriguez Ga rza
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