sábado, 19 de septiembre de 2015

Una oración para caminar en la vida


El Rosario y sus frutos



Como niños los seres humanos tienen  la visión más pura y la más cercana a la percepción de alguien cercano a Dios: el mundo como un gran misterio. El mundo es un gran misterio que no deja de sorprender a los que están abiertos de espíritu y los que pueden llegar ver a Dios en cada suceso u hecho que puede presentarnos.

Conforme  vamos creciendo el mundo va dejándonos de sorprender y aún con todas las vivencias posibles que podemos llegar a vivir, los seres humanos  tendemos hacer de la vida un montón de momentos monótonos sin sentido y vacios. ¡Podemos verlo en las calles! La indiferencia por los sufrimientos de mis prójimos, la indiferencia por la belleza de un recién nacido, etc. Las personas no se dejan ya interpelar por el misterio de lo que es la vida.

Para evitar que nuestra vida se vuelva un montón de momentos sin sentido necesitamos de la oración. La realidad solo  es percibida por alguien que hace  oración. ¡Para poder ver la realidad necesitamos orar!  La oración nos hace reales, porque nos conectamos con Dios, que es autor del mundo. Y no hay mejor oración para contemplar el misterio de la vida que el Santísimo Rosario.

Ahora bien: ¿Por qué el rosario es una oración que sobresale? Esto se debe a que a diferencia de una peregrinación, oración espontanea, entre otros actos piadosos que el ser humano llega a practicar, el santísimo Rosario fue entregado directamente por la Santísima Virgen María a Santo Domingo de Guzmán. El Rosario no es pues el resultado de actos humanos, sino que se le es dado directamente a Dios para la salvación humana.
En esta bella oración meditamos la vida del Dios hecho hombre, que toma nuestra condición humana, que la vive intensamente mostrándonos que vale la pena  nuestra vida siempre y cuando vivamos conforme la voluntad de Dios.

Jesús, como Dios y hombre verdadero,  fue un gran místico, porque todas las realidades humanas las asumió con amor. Esto lo puede vivir solo alguien que vive en oración. Esto nos hace meditar el Santísimo Rosario: Nos hace meditar al Dios hecho hombre que camina por la vida amando. El Rosario pues nos ayuda a caminar con Jesús en su vida, y nos hace ver que solo se puede vivir el misterio de la vida amando intensamente a mis prójimos. Es por eso que el Rosario es la oración por excelencia.


Por Raúl Jorge Alberto Rodriguez Ga rza

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