martes, 12 de abril de 2016

Un día como hoy San Gregorio de Narek fue declarado Doctor de la Iglesia

VATICANO, 12 Abr. 16 / 03:01 am (ACI/EWTN Noticias).- El 12 de abril pero del 2015 el Papa Francisco proclamó Doctor de la Iglesia a San Gregorio de Narek (Armenia), al inicio de la Misa en memoria de todos los asesinados a causa de su fe en el genocidio armenio, del que se cumplen cien años.
En aquel entonces el Papa Francisco, quien ahora tiene programada una visita apostólica a Armenia en el 2016, se refirió al genocidio del año 1915, en el que las fuerzas otomanas asesinaron a más de un millón y medio de personas, algo que Turquía siempre ha negado y cuya mención suscitó de su parte una protesta formal ante el Vaticano.
En la solemne ceremonia, en la que San Gregorio de Narek se convirtió en el Doctor número 36 de la Iglesia Católica, resonaron los cantos armenios de las corales del patriarcado de Beirut (Líbano) y del de Armenia, que contaron con algunos instrumentos típicos.
El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, junto al Postulador de la causa, se dirigieron al Papa Francisco pidiendo la proclamación de San Gregorio Narek como Doctor de la Iglesia Universal.
“Padre Santo, desde los primeros siglos de la era cristiana, el Espíritu Santo ha dado al Oriente numerosas estrellas, es decir, hombres y mujeres santos y sabios que con el ejemplo de su propia vida y con su enseñanza han señalado el camino  al conocimiento de los misterios de Dios y al encuentro con Cristo”.
Sobre San Gregorio de Narek afirmó que “este gran teólogo, místico y poeta, comunicó la experiencia espiritual y eclesial con la vida y la enseñanza dogmática, transmitiendo la teología a través de  la belleza. La profundidad de las ideas teológicas de nuestro Santo, la novedad de su pensamiento y el vigor de su verbo poético fueron siempre apreciados a nivel popular y también por los hombres de la cultura”.
“Su obra penetró poco a poco en todos los campos de la vida religiosa y de la cultura armena: la poesía, la miniatura, la música, la hagiografía, la liturgia y el folclore. Su constante popularidad está unida todavía hoy a su libro de meditaciones y oraciones y fue conocido comúnmente por el pueblo armeno con el nombre de Narek”.
A esto, el Cardenal añadió que “es el texto más venerado y más difundido en Armenia después del Evangelio”.
Los puntos fundamentales que tocó el Santo en su doctrina fueron “el sentido del pecado y del límite del hombre, que es incapaz de hablar de Dios y con Dios sin la mediación de la Palabra encarnada; la reflexión dogmática sobre el misterio de la Santísima Trinidad, de la cual veía una reflexión en el alma humana y sobre todo una analogía con las tres virtudes teologales; y la defensa de la eficacia sobrenatural de lossacramentos y su rol de transmisión y de meditación de la Iglesia, reafirmando la importancia de la gracia divina y de la vida interior, en contraposición a las tendencias heréticas de los Thondrakiani, que pretendían regresar a los orígenes del cristianismo pero renegando de la jerarquía, los sacramentos, la Iglesia y la litúrgica”.
El Santo también trató “la devoción a la Virgen María, la Panaghi, ‘aquella que no es otra cosa que santidad’, la ‘Toda Santa’”.
El Prefecto para las Causas de los Santos aseguró que después de que los diferentes organismos de la curia estudiaron el caso, la Congregación para la Doctrina de la Fe dio su voto afirmativo para proclamarlo Doctor Universal de la Iglesia”.
San Gregorio de Narek nació en Andzevatsik (Armenia) entorno al año 950, en una familia de literatos. Entró joven en el monasterio de Narek (Armenia) en donde existía una célebre escuela de Sagrada Escritura y de patrística.
En el año 1003 escribió su obra más famosa, el  Libro de las Lamentaciones.
La Iglesia le recuerda en el Martirologio Romano el 27 de febrero de esta manera: “En el monasterio de Narek, en Armenia, San Gregorio, monje, doctor de los armenios, insigne por la doctrina, los escritos y la ciencia mística”.
San Gregorio de Narek fue llamado el “San Agustín de los armenios”, no tanto por la cantidad de sus obras sino por el influjo que tuvo entre los fieles.
El nuevo Doctor de la Iglesia nació en una familia de escritores. Su madre murió mientras Gregorio todavía estaba en edad temprana, su padre Khosrov, quien más tarde se convirtió en arzobispo, escribió el más antiguo comentario de la iglesia armenia sobre la Divina Liturgia.
Al morir su esposa, Khosrov confió a Gregorio y a su hermano Juan a su primo Ananías Vartabed, llamado “el filósofo”, abad del monasterio de Narek, fundador de la escuela local y del monasterio del pueblo. En aquella época el monasterio, situado en las orillas del lago Van en Vaspuragán (hoy Turquía) era floreciente en vocaciones y en vida espiritual.
La vida de San Gregorio se sitúa en plena época de la separación de la Iglesia Apostólica Armenia de su fidelidad a Roma, en una época de paz y prosperidad anterior a las terribles invasiones de los turcos y los mongoles. Se trata de unos años en los que la Iglesia armenia experimentó un auténtico renacimiento cultural, al cual contribuyó grandemente el mismo Gregorio.
El monasterio de Narek, hoy deshabitado, fue destruido como comunidad religiosa en el siglo XX, tras el Genocidio Armenio, la deportación forzosa y exterminio de un número indeterminado de civiles armenios, calculado aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de personas, por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.
A la edad de 25 años fue ordenado sacerdote y nombrado formador de los novicios. Su fama de santidad y sabiduría trascendió las paredes de Narek, pasó a los monasterios.

domingo, 20 de diciembre de 2015

EL MUNDO ENTERO ESPERA LA RESPUESTA DE MARÍA

De las Homilías de san Bernardo, abad, Sobre las excelencias de la Virgen Madre
(Homilía 4, 8-9: Opera omnia, edición cisterciense 4 [1966], 53-54)





EL MUNDO ENTERO ESPERA LA RESPUESTA DE MARÍA
Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia.

En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve respuesta, seremos renovados y llamados nuevamente a la vida.

Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la región de la sombra de muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies.

Y no sin razón, ya que de tu respuesta depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación de todos los hijos de Adán, de toda tu raza.

Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere Una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna.

¿Por qué tardas?, ¿por qué dudas? Cree, acepta y recibe. Que la humildad se revista de valor, la timidez de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal olvide ahora la prudencia. Virgen prudente, no temas en este caso la presunción, porque, si bien es amable el pudor en el silencio, ahora es más necesario que en tus palabras resplandezca la misericordia.

Abre, Virgen santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y llama. Si te demoras, pasará de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar al que ama tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por el amor, abre por el consentimiento. Aquí está -dice la Virgen- la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

martes, 8 de diciembre de 2015

La Comunidad


Descubriendo su sabor
Cuando somos niños comenzamos a probar nuevos alimentos, descubrimos, su color, su textura, su olor y su sabor. Algunos son dulces, otros más, salados, agrios, ácidos, otros combinados entre sí. Descubrimos toda una gama de sabores que nos nutren.
Algo parecido ha sucedido con este tiempo que llevamos viviendo en comunidad. Día con día vamos descubriendo ese sabor de la comunidad que nos nutre. Mis hermanos y yo nos hemos aventurado a dejar cada quien nuestros proyectos, cada uno venimos de casas diferentes, de regiones diferentes, de trabajos diferentes, y nos hemos atrevido a vivir en comunidad. Donde es necesario desaprender aquellas lecciones que nos enseñan muchas personas, que piensan que hay que sobresalir, a costa de hacer menos a los demás, o buscar el “éxito” a como dé lugar.
Y a todo esto, ¿se podrá saborear la comunidad? ¿A qué sabe? ¿Será cierto que nutre? ¿Cuál es su textura, cuál su olor?
La comunidad sabe, huele y se siente a misericordia. Sus principales nutrientes son la escucha, la comprensión, la aceptación incondicional, la tolerancia, el respeto, la fraternidad, entre muchos otros. No es un sabor demasiado dulce, porque empalagaría; ni ácido, ni agrio. Su sensación es la de la compañía, el buen humor, el silencio, la empatía. Quizá al principio puede ser muy ácida, o muy amarga; como cuando comenzamos a descubrir los sabores en nuestro paladar;  es cuestión de ir descubriendo y dejarnos sorprender por su sabor para que nos nutra al dar y recibir misericordia. Es entonces cuando comenzamos a dejarnos nutrir por el hermano, por su historia, sabiendo que es un libro abierto que tiene mucho por enseñarme. También descubro su sabor cuando veo, siento y escucho a Dios en el hermano. Además puedo dar lo mejor de mí, sin necesidad de sobre salir, o buscar mi éxito, sino para aportar a mi comunidad. Ese es su sabor, la misericordia.

A propósito del Año Jubilar de la Misericordia, que como Iglesia comenzamos éste día 8 de Diciembre es un buen pretexto para comenzar a descubrir la misericordia que el Padre ha tenido para con nosotros y así poder vivir la misericordia, para nutrirnos y nutrir a los demás. Ahí donde te encuentras y te mueves, en tu casa, en la escuela, en tu trabajo, en tu parroquia, y desde luego tú, deléitate en la Misericordia que tu Padre tiene para ti. 

Maximiliano Lemas Valencia

martes, 24 de noviembre de 2015

¿Cuál es el carisma de la orden de santo Domingo, su gracia especifica?


¿Cuál es el carisma de la orden de santo Domingo, su gracia especifica?

El que haya nacido en una iglesia y para una Iglesia que se encontraba desconcertada por un mundo en transformación.

Comprendamos que la orden nace en una época donde la sociedad comenzaba una transustanciación en su manera de ser y de hacer. El régimen feudal comenzaba a ser obsoleto y las grandes ciudades estaban en pleno auge; la gente comenzaba también a tener un desprecio creciente por la espiritualidad monástica, debido a que su predicación era muy ajena a la nueva forma de vida del hombre gótico; y se comenzaba a gestar una crítica fuerte a la forma en que los jerarcas eclesiales vivían, es decir, la gente comenzaba a ser consiente de los abusos de obispos y sacerdotes que llevaban una vida poco evangélica.  Con este cambio, la concepción del hombre cambia, pues ya no se percibía al hombre como una unidad que forma parte de un conjunto de otras personas, sino que se comienza a concebir como ser libre e individual.  Los monjes, que eran la fuente espiritual de ese tiempo, no podían dar respuesta a estos cambios debido a que su concepción teológica está muy ligada al sistema feudal. La gente comenzaba a alejarse de la Iglesia porque la sentían ya superada e infecunda para satisfacer sus necesidades. Es ante esa necesidad donde surgen las órdenes mendicantes.

El despertar evangélico es el impacto que se produce cuando el mundo cambia, cuando la iglesia se siente superada por haber estado ligado al viejo sistema. La Orden de predicadores no busca el fugii mundii, como lo siguen practicando los monjes, sino se predica una teología de la encarnación. Esta nueva visión que tiene Santo Domingo de la figura de Jesucristo tiene la misión de no temerle al mundo, sino saber mezclar a la Iglesia con el mundo. Es decir, no mundanizar a la Iglesia, sino que la Iglesia entre al mundo para escuchar sus dolores, y así saber saciar sus necesidades.  Así, como lo hizo Dios en la persona de Jesús, la Orden de predicadores se sumerge en el mundo y asume lo que hay en él. Pues entendieron y entienden, que una Iglesia con amurallada y alejada del pueblo, no puede construir el reino de Dios en el mundo que se busca evangelizar. Ya Chenu había señalado un principio necesario que debe recordarse siempre para esta tarea del dialogo con el mundo: “El dogma no cambia, pero tiene una actualidad en su presentación, y también una modernidad en los medios para estudiarlo” 



martes, 17 de noviembre de 2015

El Silencio de María

El Silencio de María

          Sólo el silencio custodia el misterio del camino que el hombre realiza con Dios, siempre nos comunica su palabra y su proyecto para con nosotros a través del silencio y la sombra; este acto en el cual el ángel dice: “te cubrirá con su sombra”, es una muestra de que Dios nos dice que hacer pero no en el ruido, sino en el silencio; tenemos la costumbre de vivir siempre en el ruido, donde nuestra alma constantemente se encuentra conturbada, es decir, alterada; el peor ruido que podemos vivir es aquel en el cual nuestra alma se encuentra llena de preocupaciones, de tristezas, de angustias, de los desánimos, de los egoísmos y la falta de ayuda a los demás.

           Pero hoy, nos encontramos ante la sombra del Altísimo, esa sombra es el misterio en el cual Dios vive y muestra el proyecto que quiere que sigamos; la sombra es como el silencio, no dice nada, no pronuncia palabra y nunca hace publicidad; siempre encontramos en la vida cotidiana la publicidad es decir ruido, vendernos la solución a nuestros problemas de manera rápida para que puedas seguir con el ruido; incluso en nuestra misma iglesia te ofrecen a través de alterar el ánimo estar en la presencia de Cristo; como lo dice el papa FranciscoUn misterio que hace publicidad de sí mismo no es cristiano, no es el misterio de Dios: ¡Es un misterio falso!”, la sombra y el silencio son los espacios del encuentro que tenemos con Dios.

        Dios no viene a comunicarnos algo por medio del ruido, sino a través del silencio, a través de la sombra; pero primero lo que nos dice es ¡alégrate! porque estamos como la virgen llenos de la gracia divina; pero como no entendemos a la primera nos dice “no temas”, para Dios no hay imposibles y si nosotros confiamos en Él no podemos temer a nada, por más duras que sean las tormentas que azotan nuestra vida, siempre Dios viene a calmar por medio del silencio nuestro ser; a través del silencio podemos encontrar la gracia delante de Dios, María nunca tuvo su alma llena de ruido, siempre se encontraba en el silencio de Dios.

          Ella no pone peros, no se hace a un lado o peor no le niega a Dios la tarea propuesta por Él, si queremos ser santos e hijos de Dios, ¡vayamos a su sombra!, a su silencio y permanezcamos en él; cuando ayudamos a los demás sin esperar a cambio nada, somos participes de ese silencio de esa sombra de Dios; cuando tenemos que amar al que nos cae mal y damos la vida por él, permanecemos en la sombra de Dios, ya que su sombra es fecunda, su silencio da fruto y más cuando nosotros estamos en sintonía con ese silencio; Abraham no pudo haber hecho nada si no hubiera tenido su alma en silencio para escuchar el mandato de Dios, Moisés permaneció en silencio para escuchar la tarea que Dios le había propuesto.

           María aferrada a la gracia de Dios y en su silencio maternal encontró el mensaje de Dios; y nosotros ¿cuándo escucharemos el proyecto que Dios nos tiene?, ¿cuándo dejaremos aun lado nuestros problemas, tristezas, angustias y estaremos en el silencio o la sombra de Dios?, simplemente el silencio donde nos comunica Dios lo que nos tiene deparado claramente lo ejemplifica el santo cura de Ars cuando ante el santísimo sólo pronunciaba: “Señor, tú me vez y yo te veo”.

José Esaú Romero Rodríguez

martes, 10 de noviembre de 2015

EL MISTERIO DEL MAS ALLÁ

EL MISTERIO DEL MAS ALLÁ

 Reflexión inspirada en las conferencias del R.P. Fr. Antonio Royo Marín, O.P.Este tema a reflexionar, sobre todo  en este mes de noviembre es importante por tres razones a saber:



En primer lugar por su trascendencia soberana. Ante él, todos los demás problemas que se pueden plantear a un hombre sobre la tierra, no pasan de la categoría de pequeños problemas sin importancia. No espero invocar una conversación tenida con intelectuales. Salgan simplemente a la calle. Pregunten a ese obrero que se dirige a su trabajo:

¿A dónde vas? Te dirá: ¿yo?, a trabajar. ¿Y para qué quieres trabajar? Pues para ganar un salario. Y el salario, ¿para qué lo quieres? Pues para comer. ¿Y para qué quieres comer? Pues…, ¡para vivir! ¿Y para qué quieres vivir? Se quedará estupefacto creyendo que te estás burlando de él. Y en realidad, queridos lectores, la última pregunta es definitiva: ¿para qué quieres vivir?, o sea, ¿cuál es la finalidad de tu vida sobre la tierra? No me interesa tu nombre y tu apellido como individuo particular: ¿quién eres tu como creatura humana, como ser relacional? ¿por qué y para qué están en este mundo?, ¿de dónde vienes?, ¿a dónde vas?, ¿qué será de ti después de esta vida terrena?, ¿qué encontrarás más allá del sepulcro?
Queridos lectores: éstas son las preguntas mas trascendentes, el problema más importante que se puede plantear una persona sobre la tierra es el de saber sobre su propio destino.

Una segunda razón es la  eficacia sobrenatural para orientar a las almas en su camino hacia Dios.

En tercer lugar, es conveniente tener presente su palpitante actualidad. No hay más que contemplar el mundo, para ver de qué manera camina desorientado en las tinieblas por haberse puesto voluntariamente de espaldas a la luz.

No basta que los gobiernos se unan para luchar contra tanta violencia, que se organicen asambleas internacionales. No lograrán poner en orden al mundo sino hasta que se arrodillen ante Cristo, ante aquel que es la luz del mundo; hasta que plenamente convencidos todos de que por encima de todos los bienes terrenales y de todos los egoísmos humanos es conveniente ver por la salvación de las almas, ello poniendo en práctica, en todas las naciones del mundo, los diez mandamientos de la ley de Dios. Con esta sola medida se resolverían automáticamente todos los problemas nacionales e internacionales que tienen planteados los seres humanos de hoy; y sin ella será absolutamente inútil todo cuando se intente.

Precisamente porque el mundo de hoy no se preocupa de sus destinos eternos, porque no se habla sino del petróleo, de la globalización. En el horizonte cercano aparecen negros nubarrones que, sino volvemos a poner a Dios en nuestras vidas, entonces nos seguiremos encaminaremos a un desastre apocalíptico….
                                                                      
                                                                       Fr. Juan Manuel Raya Rubio, O.P.


jueves, 5 de noviembre de 2015

¿Resignación o aceptación? ¿Hacia dónde me dirijo?

¿Resignación o aceptación?
¿Hacia dónde me dirijo?

El día de hoy la Iglesia nos propone un momento especial para hacer memoria de aquellos que en fe, sabemos han sido llamados a la presencia del Padre y quienes ya no están físicamente entre nosotros.
            Cuando un ser querido muere, o acompañamos a otras personas, por tradición o por costumbre solemos decir y desear a los demás una “pronta resignación”, incluso en nuestras oraciones pedimos por ello. Muy probablemente si tu también te has enfrentado a la muerte de un familiar o alguien cercano haz pedido o quizás luchado por una pronta resignación.
            Curiosamente ni es pronta ni es resignación lo que necesitamos. Cuando tú y yo hacemos frente a la muerte de nuestros seres queridos, comenzamos a recorrer un camino con varias etapas llamado duelo, el cual se va elaborando con el tiempo y éste dependerá del vínculo que construimos con la persona que murió. Espero en una próxima publicación compartirte acerca de lo que es el duelo.
            Por eso hoy que celebramos a nuestros seres queridos difuntos te invito a pasar de la resignación a la aceptación. Ciertamente la resignación es un sentimiento que nos lleva a agachar la cabeza, a tragarnos el amargo dolor y a vivir doblegados por emociones y sentimientos que no nos hacen libres, mucho menos felices. La resignación es querer tapar una herida, sin brindarle ningún tipo de cuidados, esto al final provocará que la herida se infecte y no sane, al contrario la agrava. Es también como si quisiéramos tapar una olla de presión, donde hierven un sinfín de emociones y sentimientos que al final harán que la olla explote. Muy seguramente explotará en forma de una enfermedad, depresión, tristeza profunda, en coraje, enojo, resentimiento.  La aceptación en cambio es: voltear a ver la herida, prestarle atención, contemplarla, brindarle los cuidados necesarios y con el tiempo hacer sanar esa herida.
             Si tú estás viviendo el duelo por un ser querido, te invito a que te pongas de pie y paso a paso comiences a caminar con rumbo a la aceptación, que esos sentimientos que hierven dentro de ti poco a poco los liberes y les des salida; compártelos, el camino acompañado será más ligero. El dejarte acompañar no será signo de debilidad, sino de hacerte escuchar, de compartir tus sentimientos y de ser comprendido y amado. Habla, comparte, recuerda, llora, ora. Y así entonces poco a poco tu dolor se convertirá en agradecimiento, por aquellos momentos compartidos, por la vida de tu ser querido, por el amor que le tienes y por todo aquello que te enseñó.
             En este día que hacemos memoria de tolos los que han muerto en Cristo Jesús y esperan la resurrección, (cfr. Rm 6, 8-9) ya no pidas ni busques una pronta resignación, mejor dirígete a una aceptación. Es importante que tengas presente que no se da de la noche a la mañana, a algunos les tomará meses, a otros años y a otros quizá mucho tiempo más, pero eso sí, no dejes de buscarla, esto te hará libre, podrás vivir pleno y tranquilo, agradecido con Dios y con quien murió.
             Deseo que nuestro Dios que es un Dios de vivos y no de muertos, (cfr. Lc 20, 38) te acompañe y consuele en este día en que recordamos la vida que compartimos con los que murieron y esperamos hoy gocen de contemplar al mismo Dios y que ellos intercedan por nosotros.

Maximiliano Lemas Valencia